3.3.13

[Reflexiones doctorales] Cuando caen las fichas... desde una investigación en Cusco, Perú


En los casi tres años de estudio, el blog -como extensión de mi vida- ha sido uno de discontinuidades; de rupturas y aprendizajes, pero también de vastas experiencias en el camino. Muchas tierras abiertas, muchas amistades nuevas, muchos asuntos laborales y múltiples cambios. Como debí suponer, entre tantas transformaciones era lógico que llegaría un momento en que las fuerzas se alterasen.  Ahora resulta que muchas cosas están trabadas: dejé a los viejos amigos, dejé la cordura, abandoné (y ahora vuelvo) a mi país y ya hasta mi directora me dejó.  "Soy libre -dijo aquél- porque no tengo nada".



Tal vez miento. Tengo mucho. Tal vez sólo tengo demasiado y no sé cómo administrarlo. Que conste que en el Blog del Andaryego el éxito no se mide en dinero, sino en sueños cumplidos. Y humildemente he de confesar que cuento con varias medallitas de estos. Si pueden cambiarse en el banco del Monopoly, del Turista o simplemente se convertirán en sueños-cumplidos que cuelgan de un clavito en la pared, eso está aún por verse. (Me hace pensar en los cráneos de unicornio de Murakami).

  El asunto es que no tengo la pared para colgarlos. Oscilo entre comprar los clavos y conseguir la casa-que-tiene-la-pared-donde-colgaré-mis-sueños y seguir coleccionándolos y cumpliéndolos. Debe ser así que uno se acerca a los 40: te haces hombre social o te haces soñador profesional. Creo que optaré por la segunda y dejaré la primera para los 50.... total, qué son 10 años más: Oaxaca, allá voy.

Y así, mientras escucho a Rush (sí, once again) y me regocijo de volver a mí -al menos por unas horas del domingo- pienso en los últimos 15 días. Días de guardar, dice la película; días de aguantar, dice mi experiencia con la investigación que hacemos en Cusco y a la que agradeceré las 4 canas más que derivan del estrés generado.

Disfruten, ustedes humanos que aún gozan de la fortuna de no ver el backstage del turismo, de un lindo Cusco con nubes y rayos de sol, en donde el problema principal parece ser que los ticos (esos miniautos coreanos de 800 cc) dejarán de funcionar en la ciudad como taxis y serán sustituidos por los Yaris. Lo que pocos reconocen es que lo que debe sustituirse es el turismo-tico-informal por un nuevo modelo de competitividad... pero eso aún tomará el tiempo que a la población le tome darse cuenta que vive en un mundo más global del que piensa.

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