Siempre en busca de cosas distintas y con una mirada en Asia, me encontré ahora con Qiu Xiaolong, autor chino editado por Tusquets (sí, esos libros de portadas lindas en fondos negros y de la colección andanzas). Me permito hacer unas notas.
Portada: 99%. El medio cuerpo de una mujer vistiendo un Quipao (el clásico vestido mandarín) de color rojo, con una abertura en la pierna y la mano en la cintura. Unos símbolos chinos incomprensibles, justamente misteriosos y un título "Seda Roja". ¿Quién no se iba a sentir atraído?
Contenido: a evaluar por el lector. Quien redacta tiene una percepción que no alcanza el 8 en escala de 10, aunque reconoce que la novela policiaca no es precisamente su adoración. Digamos que el 1% de queja de la portada es el cuadrito que no vi y que dice "Serie inspector jefe Chen Cao". Resulta pues que el jefe Chen es una especie de Mario Conde de Padura: un policía de la ciudad que se dedica a cazar a los malos por medios poco ortodoxos y que mezcla su amor a la literatura con la investigación criminalística. El alter ego de Padura y de Xiaolong que decidieron ser escritores porque no pudieron ser policías.